lunes, 25 de marzo de 2013

LA DEFINICIÓN POR LA NEGACIÓN


Llegó a mis manos un paquete de galletitas “integrales”. Como es tradicional en los envases alimenticios tiene un listado de sus ingredientes. Dice:

CONTIENE:
Harina 100% integral, azúcar 100% integral, antioxidantes naturales, aceite de girasol alto oleico, avena arrollada, aceites esenciales.

Pero lo novedoso de esta cultura sana y “Light” es que se obliga también a comenzar una lista de lo que no hay. Dice:

NO CONTIENE:
Azúcar blanca, rubia ni negra, harina blanca, aceite hidrogenado, óleo margarina, grasa bovina, conservantes, colorantes artificiales, antioxidantes sintéticos, productos de origen animal.

Me llama mucho la atención esta tendencia de pretender aclarar lo que no hay. Por un lado me generas severas sospechas de aquellos productos que no aclaran lo que no tienen. Pero básicamente me parece que se está abriendo la puerta a una tendencia inmanejable. Está claro que la lista de lo que contiene enumera los productos con los que fue hecha la galletita de marras, pero la lista de los ingredientes que no están está terriblemente incompleta.

¿Tendrá veneno para ratas? En la lista “CONTIENE” no lo nombra, así que no debe tener. Pero en la lista “NO CONTIENE” tampoco figura, de modo que puede ser que tenga.

Las galletitas asimismo no contienen Océano Atlántico, papel maché, visión nocturna o recuerdos de infancia.

El pobre fabricante, llevado por la tendencia sana del consumismo insano, se ve a obligado a hacer listas por la negativa. No hace falta ser matemático para entender que la lista “CONTIENE” es un conjunto de número reales: el de los productos que se usaron para fabricar las galletitas, mientras que el grupo “NO CONTIENE” es un conjunto infinito: Lo que no hay.

Moraleja: No tiene sentido definir por la negación.
(Y este no es el único ejemplo...)

martes, 19 de febrero de 2013

INUNDACIONES PORTEÑAS



Alguna vez leí que los únicos pueblos que no se inundan de la provincia de Buenos Aires son los que están construidos sobre asentamientos indígenas. No sé si será cierto, pero me gustaría que lo fuera. Evidenciaría una vez más que la barbarie es más sabia que la civilización.
Y es notable como este patrón se repite. Cada vez que llueve, la ciudad de Buenos Aires monta en pánico: Barrios completos se inundan. El remate de ropa mojada en Belgrano ya figura entre las actividades promocionadas de la ciudad que está buena.


Es llamativo que los dos barrios que más se inundan sean Belgrano y Palermo, dos de los barrios más caros de la ciudad. La especulación inmobiliaria pudo llevar de la nariz a los sectores más pudientes de la Ciudad de Buenos Aires. Compran casas, departamentos y locales carísimos, que cuando llueve se llenan de agua.
Tal vez sea una rémora del pasado: los negros, los cabecitas negras, descendientes de aquellos indios sabios, mantienen ciertos conocimientos que hacen que sepan que si toman una casa en Almagro o Balvanera, esa casa se encuentre en las zonas altas de la ciudad.

Como fuera, según mi informante el Dr. Fuentes Reservadas - el Gobierno de Macri no se quedaría con los brazos cruzados frente a la amenaza húmeda. Tomaría medidas profundas. Asesorado por el inefable Durán Barba, re-denominaría a los barrios.
Así tendremos dos nuevos polos turísticos en nuestra Reina del Plata, que se sumarían a Palermo Hollywood, Palermo Soho y el China Town de Belgrano:  Palermo-Venecia y Belgrano-Atlántida.

De este modo, las inundaciones se sumarán a los éxitos de gestión, junto a la bicisenda, la tala de árboles y el exceso de basura.


sábado, 16 de febrero de 2013

SOBRE LOS SALUDOS Y LOS BESOS



            Hace poco ví en la calle un grupo de policías uniformados que se saludaban con besos y pensé “esto cuando yo era adolescente era impensable. Policías besándose en la calle”.

Mi adolescencia transcurrió en la década del ’70. Por entonces los varones nos saludábamos dándonos la mano. El beso se utilizaba sólamente para saludar a las chicas. Un beso en la mejilla. (Que en realidad, no era un verdadero beso, sino que consistía en apoyar mejilla contra mejilla y liberar un beso al aire. De hecho, ese siguen siendo aún hoy el modus saludis: Mejilla-mejilla y chuic al viento).

En los ‘80, con la democracia, se habilitó el beso entre muchachos como saludo. Un solo beso. No dos como los españoles o tres como los franceses. Un solo beso, porque seguimos siendo machos, después de todo.
Sin embargo, es notable que no tenemos orgullo de protocolo. Aparece una española y todos la saludamos con dos besos. Nadie la corta en seco y dice: ¡Acá damos un solo beso! ¡puta!

Sin embargo siguen habiendo sectores conservadores que se resisten aún hoy en dar besos. Seguramente lo ven como una manifestación clara de tendencias homosexuales y creen reafirmar su masculinidad a partir de dar la mano con el brazo duro, manteniendo distancia. Si uno, desconociendo esta posición saludo-ideológica del sujeto, amaga al beso, se ve rechazado con toda la fuerza del cuerpo del otro, no pudiendo sacarse después, en toda la velada, la sensación de ser un flojito afeminado…

Hay que saber a quien saludar. Y como.




jueves, 14 de febrero de 2013

CRÍTICAS Y VINILOS



Toda mi adolescencia me la pasé leyendo críticas de discos. Me encantaba leerlas en la revista Humor, en Expreso Imaginario e incluso en la revista Pelo. Disfrutaba el compartir con el crítico una maravilla de sensaciones sonoras y despliegues de virtuosismo.
Cuando podía, lo cual no sucedía tan frecuentemente, me compraba uno cuya lectura me había gratificado particularmente. Crítica que había leído imaginando exactamente los maravillosos pasajes musicales.

La magia de llegar a casa con el vinilo nuevo. Cortar el celofán, sacar el disco, mirar la tapa. Poner el vinilo sobre el tocadiscos. Tirarme en el piso a escuchar, con la tapa en las manos para leer todos los detalles posibles: que músicos participaron, quien produjo y básicamente las letras de las canciones. Todo era mágico.
En la totalidad de los casos resultaba una profunda decepción. La calidad musical estaba muy por debajo de la calidad de la crítica. Era mucho mejor el disco que describía el crítico que el disco que habían grabado los músicos.

Después de escucharlo una o dos veces, apagaba el tocadiscos y buscaba la revista para disfrutar una vez más del maravilloso relato.


martes, 5 de febrero de 2013

LLEGUÉ A CUBA




Soy un argentino llegando a Cuba. Me siento como el Che.










Repaso las afinidades y diferencias que tengo con él. Anoto en dos columnas: a la izquierda: afinidades, a la derecha. Diferencias.

Afinidades: Los dos somos argentinos.
                                   Los dos llegando a Cuba por primera vez…

Diferencias: Él llegando a Cuba a los veintiocho, yo a los cincuenta y uno.
                                    Él en el Granma, un barco. Yo en el vuelo CU361 de Cubana de Aviación, un avión.
                                    Él , invadiendo para hacer una revolución. Yo bajando del avión derecho al all inclusive.
                                    Él era asmático, yo miope...

Bueno. Algo es algo.




jueves, 31 de enero de 2013

CÁMARAS PARA PREVENIR EL DELITO



Pude observar en distintos puntos de Capital Federal y del conurbano bonaerense unos cartelitos, por lo general en las esquinas junto a un semáforo, que dicen:

“Este espacio cuenta con cámaras de seguridad para la prevención del delito”

Para la prevención. Para prevenir el delito.

Según mi diccionario de cabecera prevenir quiere decir
Preparar, disponer con anticipación [las cosas necesarias para un fin].
Prever, conocer de antemano [un daño o perjuicio].
Precaver, evitar o impedir [una cosa].

Prevenir, básicamente, sería evitar, impedir que el delito suceda.
Más que amedrentar a los potenciales delincuentes, pareciera que la cámara los inspira:  En los noticieros lo que veo es como con esas cámaras pudieron grabar asaltos, robos y asesinatos. Pude ver autos atropellando peatones y dándose a la fuga. Pude ver motochorros arrebatando bolsos a transeúntes desprevenidos.

Tal vez, deberían sincerar los carteles y poner simplemente:

"Esta zona está provista de cámaras para documentar el delito. Al menos, saldrá en la tele. Sonría, lo estamos filmando."