Alguna vez leí que los únicos pueblos que no se inundan de la provincia
de Buenos Aires son los que están construidos sobre asentamientos indígenas. No
sé si será cierto, pero me gustaría que lo fuera. Evidenciaría una vez más que
la barbarie es más sabia que la civilización.
Y es notable como este patrón se repite. Cada vez que llueve, la ciudad de
Buenos Aires monta en pánico: Barrios completos se inundan. El remate de ropa
mojada en Belgrano ya figura entre las actividades promocionadas de la ciudad
que está buena.
Es llamativo que los dos barrios que más se inundan sean Belgrano y
Palermo, dos de los barrios más caros de la ciudad. La especulación inmobiliaria
pudo llevar de la nariz a los sectores más pudientes de la Ciudad de Buenos
Aires. Compran casas, departamentos y locales carísimos, que cuando llueve se
llenan de agua.
Tal vez sea una rémora del pasado: los negros, los cabecitas negras,
descendientes de aquellos indios sabios, mantienen ciertos conocimientos que
hacen que sepan que si toman una casa en Almagro o Balvanera, esa casa se
encuentre en las zonas altas de la ciudad.
Como fuera, según mi informante el Dr. Fuentes Reservadas - el Gobierno
de Macri no se quedaría con los brazos cruzados frente a la amenaza húmeda. Tomaría
medidas profundas. Asesorado por el inefable Durán Barba, re-denominaría a los
barrios.
Así tendremos dos nuevos polos turísticos en nuestra Reina del Plata,
que se sumarían a Palermo Hollywood, Palermo Soho y el China Town de Belgrano: Palermo-Venecia
y Belgrano-Atlántida.
De este modo, las inundaciones se sumarán a los éxitos de gestión, junto
a la bicisenda, la tala de árboles y el exceso de basura.