Toda mi adolescencia me la pasé leyendo
críticas de discos. Me encantaba leerlas en la revista
Humor, en Expreso Imaginario e incluso en la revista Pelo. Disfrutaba el compartir
con el crítico una maravilla de sensaciones sonoras y despliegues de virtuosismo.
Cuando podía, lo cual no sucedía tan
frecuentemente, me compraba uno cuya lectura me había gratificado particularmente.
Crítica que había leído imaginando exactamente los maravillosos pasajes
musicales.
La magia de llegar a casa con el vinilo nuevo.
Cortar el celofán, sacar el disco, mirar la tapa. Poner el vinilo sobre el
tocadiscos. Tirarme en el piso a escuchar, con la tapa en las manos para leer
todos los detalles posibles: que músicos participaron, quien produjo y básicamente
las letras de las canciones. Todo era mágico.
En la totalidad de los casos resultaba una
profunda decepción. La calidad musical estaba muy por debajo de la calidad de
la crítica. Era mucho mejor el disco que describía el crítico que el disco que
habían grabado los músicos.
Después de escucharlo una o dos veces, apagaba
el tocadiscos y buscaba la revista para disfrutar una vez más del maravilloso relato.
2 comentarios:
Siempre me pareció que los críticos de discos se situaban tan por encima de la obra que me daba hasta un poco de bronca. Muchos de mis discos favoritos han sido destrozados por la crítica. Con la única que estábamos mas o menos en sintonía era con Gloria Guerrero cuando escribía en Humo(r). Yo también añoro esos días cuando escuchar un disco era sumergirse en él por completo. Abrazo.
Cortar el celofan??Eso es porque comprabas discos importados!!!!! Mi estimado Conrad.... Los autenticos vinilos riopltenses venian asi nomas, desnuditos, sin celofan e impresos en cartulina rafañosa en la mayoria de la veces.
Recuerdo lo "cool" que era ccnseguirla version importada a precio razonable.. porque era notable la diferencia de calidad cundo un vinilo era yanqui o Aleman en relacion a los vinilos patrios...
Abrazo desde el polo norte!
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